miércoles, 25 de julio de 2012

Comidas de restaurantes son algo más saludables luego de ley de menús en EEUU

 

NUEVA YORK (Reuters Health) - Las cadenas de restaurantes de Seattle, en Estados Unidos, implementaron pequeños cambios positivos desde que una ley las obligara en el 2009 a incluir la información nutricional en sus menús.
A los 18 meses de la aplicación de la ley en King County, Washington, el contenido calórico había disminuido. Las cadenas de restaurantes trabajaron mejor que las de comida rápida: sus productos contenían 73 calorías menos, frente a apenas 19 calorías menos.
También se observó una reducción del contenido de sodio y grasas saturadas.
"No podemos decir si la información en los menús fue la única causa de estos cambios porque sólo estudiamos los restaurantes de nuestra zona", aclaró la autora principal, Barbara Bruemmer, de la University of Washington, en Seattle.
La experta consideró que podría tratarse también de una tendencia más saludable en los restaurantes.
Pero dijo que los resultados, publicados en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, por lo menos sugieren que "la difusión de esta información beneficia a la población".
En el 2008, Nueva York fue la primera ciudad de Estados Unidos que sancionó una ley para que las cadenas de comida rápida incluyan información nutricional en sus menús.
King County y otras áreas siguieron el ejemplo (Nueva York también prohibió el uso de las grasas trans, una decisión que habría reducido la cantidad de esas grasas en los alimentos).
Y, en poco tiempo, muchas cadenas de restaurantes de Estados Unidos deberán informarles a sus clientes la cantidad de calorías, grasas y otros nutrientes de sus productos. La ley que reforma el sistema de salud de Estados Unidos le exige a los restaurantes con 20 o más sucursales en el país que incluyan esa información en sus menús.

LA MAYORÍA DE LAS COMIDAS NO SON SALUDABLES
El equipo de Bruemmer "auditó" los productos de 37 establecimiento de cadenas de restaurantes de King County a los seis meses de la aplicación de la ley y, nuevamente, a los 18 meses. Comparó aquellos platos disponibles en los menús en ambos relevamientos.
Restaurantes como Denny's y Applebee's, eliminaron 73 calorías de esos productos, es decir que pasaron de 1.044 a 970 calorías.
"Eso no parece demasiado, pero es un paso en la dirección correcta", dijo Bruemmer.
El contenido de grasa saturada se redujo de 18 a 16 gramos por producto. En tanto, la cantidad de sodio bajó de 2.100 mg (lo que un adulto debería consumir por día) a 1.900 mg.
En cambio, en los establecimientos de comida rápida como McDonald's, Burger King y Subway, los cambios fueron menores. El producto típico aportaba 650 calorías, en lugar de 669, y 1.600 mg de sodio, unos 18 mg menos que antes.
Aun así, la mayoría de los productos siguen siendo poco saludables. El 56 por ciento de todos los productos evaluados todavía superaba la cantidad de calorías recomendadas. Tres cuartos de los productos contenían demasiada grasa saturada y el 89 por ciento no cumplía con las recomendaciones sobre contenido de sodio.
Una pregunta importante es si esta información nutricional modifica los hábitos de consumo. Hasta ahora, los resultados son contradictorios. Pero un estudio realizado en el 2011 en la ciudad de Nueva York mostró que los que optaban por almorzar en McDonald's, Au Bon Pain y KFC compraban menos calorías después de la aplicación de la ley que un año antes.
La autora comentó que se publicarán más estudios sobre las preferencias de los consumidores y recordó que dado que este tipo de leyes es algo bastante nuevo, es difícil decir cuál fue su impacto real.

 

Contar con más neurocirujanos podría reducir las muertes por accidentes de coche, según un estudio


MARTES, 24 de julio (HealthDay News) -- Una mayor disponibilidad de neurocirujanos podría reducir el número de personas que mueren por lesiones cerebrales sufridas en accidentes de tráfico, según un estudio reciente.
Los accidentes de vehículos motores son la principal causa de muerte en Estados Unidos entre las personas de 34 años y menores. La lesión cerebral traumática es la principal causa de muerte entre las personas lesionadas en accidentes de coche. Generalmente, el tratamiento de las lesiones cerebrales es manejado por neurocirujanos.
En este estudio, el Dr. Atman Desai y colegas del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock en Lebanon, Nueva Hampshire, examinaron datos de más de 3,100 condados rurales y urbanos de EE. UU. entre 2004 y 2006. Hallaron que el promedio de muertes relacionadas con accidentes de coche era de 226 por un millón de personas.
El mayor número de neurocirujanos en un condado fue de 372, descubrieron los investigadores, pero la mayoría de condados no contaban con estos médicos.
Los investigadores calcularon que un aumento de un neurocirujano por cada millón de personas llevaría a entre una y dos menos muertes por accidentes de coches por cada un millón de personas. Esto fue así independientemente de que el condado fuera rural o urbano.
Para lograr la misma reducción en las muertes, se necesitarían 33 médicos de atención primaria adicionales, o seis cirujanos generales adicionales, por cada millón de personas, señalaron los investigadores.
Los hallazgos indican que la disponibilidad de neurocirujanos locales podría mejorar las probabilidades de supervivencia de una persona en un accidente de coche, y sugieren la necesidad de animar a estudiantes de medicina a elegir la neurocirugía como carrera, concluyeron los investigadores.
El estudio aparece en la edición en línea del 24 de julio de la revista Journal of Neurosurgery.

 

viernes, 20 de julio de 2012



    Para que los productos de la industria farmacéutica y, más importante,  sus beneficios

para la salud, lleguen a los pacientes es  preciso que existan canales de distribución
adecuados. La distribución de medicamentos, o más precisamente la distribución y
dispensación de medicamentos, participa en la “cadena del valor” de éstos mediante dos
tipos de actuaciones. Por una parte las propias de cualquier sistema de distribución -
compra y venta, financiación, logística del  transporte, almacenamiento, servicio, etc. – ,
muy similares a las que se llevan a cabo en la comercialización de otras líneas de
productos, como alimentos cárnicos, congelados, etc. Por otra, las genuinamente
sanitarias, las que se engloban en el término “dispensación”, que se acogen a las
especificidades de una concreta tradición profesional.
En Occidente se estableció hace siglos la separación de las funciones de indicación de un
remedio – prescripción – y las de su preparación y venta, lo que generó dos grupos
profesionales –médicos y farmacéuticos – cada uno con sus propios saberes  y diseños
institucionales.  En el último medio siglo la industrialización del sector ha operado una
nueva división, la existente entre la fabricación de fármacos dispuestos para su consumo
por el usuario final y la distribución y dispensación de estos productos, por lo que en la
actualidad la elaboración por los farmacéuticos de preparados medicinales en las oficinas
de farmacia tiene una representación meramente simbólica en el conjunto de su práctica.


La distribución y dispensación del medicamento está configurada por tres grandes
actores: las empresas de distribución mayorista, la extensa red de oficinas de farmacia
(OO.FF.) y  los servicios farmacéuticos hospitalarios
   En muchos países la distribución y dispensación está 
sometida a una importante regulación pública. En el caso español esta regulación parece
guiada más por intereses sectoriales e indeseables dependencias de senda que por el
elusivo concepto de bien común o por  la consecución de los beneficios para la salud, a la
que el importante contingente de sanitarios implicados en el proceso puede contribuir.
En las páginas siguientes se describen los principales rasgos que caracterizan la realidad
de cada uno de esos actores, los incentivos presentes y las escasas perspectivas de
cambio que pueden preverse. El último apartado aboga, a la luz de lo previamente
aportado, por potenciar los aspectos específicamente sanitarios, frente a su actual
devaluación efectiva, entendiendo que es la única justificación para mantener un diseño 
de distribución que responde a unas condiciones ya inexistentes.